Demostrando que la Tierra rota

Queridos lectores, perdonad que últimamente escaseen tanto los artículos. Pero llega la recta final del curso (el último con exámenes para muchos de los redactores de Electrones) y apenas tenemos tiempo para escribir. Además, en la sombra, los Electrones andan preparando más de una sorpresa para el curso que viene.

Mientras tanto, os traemos un curioso vídeo encontrado en Fogonazos que, gracias a un estupendo juego de perspectiva, demuestra que la Tierra gira sobre sí misma. Podéis ver cómo el cielo permanece casi estático y los edificios (que nosotros vemos «quietos», normalmente) giran.

Disfrutadlo. Si no podéis verlo, está en Youtube.

Fuente: Fogonazos y APOD

Ozono

Os hablamos el miércoles de los alótropos del carbono. Pero no es el único elemento que se presenta en la naturaleza de distintas formas. El oxígeno, por ejemplo, se presenta en forma de dioxígeno, O2, (que respiramos) y en forma de ozono, O3, un gas tóxico para nosotros pero que es indispensable para la vida en la Tierra. ¿Cómo es eso posible?

Continuar leyendo «Ozono»

¿Qué le pasa a Venus?

Venus es nuestro vecino. Por un lado, se parece mucho a la Tierra: en el tamaño, en la densidad, su núcleo está compuesto de hierro como el terrestre, tiene una corteza rocosa… Pero al mismo tiempo es totalmente distinto: gira sobre sí mismo al revés y sesenta veces más rápido, su atmósfera es irrespirable, ácida y muy caliente (460ºC)… Además, no induce un campo magnético como el terrestre (así que no os llevéis la brújula si vais ahí que no os servirá de nada)…

Se conoce la explicación a algunos de estos fenómenos. Por ejemplo, que su atmósfera sea tan calurosa se debe a que hay una capa externa de dióxido de carbono que produce un efecto invernadero tremendo. Pero no se comprende por qué con un núcleo tan parecido al nuestro no es también un imán gigante, por qué si es igual de denso que la Tierra gira más rápido…

Para intentar resolver alguna de éstas incógnitas los japoneses lanzarán el 18 de mayo una sonda rumbo a Venus. La Akatsuki será la primera misión del país del sol naciente a este planeta.

Y es que se ha retomado el interés por Venus: es más parecido a la Tierra que Marte y, aunque sea aún más inhóspito que el planeta rojo, es nuestro hermano. Hermano rarito, pero hermano al fin y al cabo.

Fuente: Nature «Japan prepares for Venus countdown»
Enlaces: Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA) | Misión Akatsuki a Venus

XII. Inundaciones cósmicas

Durante un siglo, el origen de los rayos cósmicos más energéticos ha constituido un misterio. Desde todas las direcciones del espacio, partículas de energías extremas atraviesan el espacio casi a la velocidad de la luz. Identificar las fuentes capaces de acelerar estas partículas a energías millones de veces superiores a las producidas en los mayores aceleradores de la Tierra es uno de los retos de la nueva generación de grandes observatorios.

Los rayos cósmicos colisionan en la alta atmósfera provocando flujos de partículas secundarias llamados ‘cascadas’ o ‘lluvias’ de partículas, que pueden extenderse en superficie a lo largo de decenas de kilómetros cuadrados. Los rayos cósmicos más energéticos se cree que son producidos en los chorros emitidos por los núcleos activos de algunas galaxias y son cazados en observatorios que cubren enormes extensiones de superficie, ya que son muy escasos: uno por kilómetro cuadrado por siglo! En la pampa argentina un bosque de 1600 detectores registra estas partículas secundarias, es el observatorio Pierre Auger. Este nuevo tipo de instrumentación estudia la física de los rayos cósmicos analizando sus interacciones e identificando las direcciones de las que proceden. La misión espacial JEM-EUSO es una colaboración internacional de doce países, liderada por Japón y donde siete países son europeos, que permitirá desde la Estación Espacial Internacional detectar la radiación cósmica a las más extremas energías jamás observadas, en el rango del ZeV (1021 electronvoltios).

Imagen: Astronomy Picture of the Day #608 (NASA)

IV. Más respuestas

Hoy en día, físicos y astrónomos ya no están solos para acumular incansablemente medidas que permitan predecir mejor la naturaleza, o esperar noches enteras para observar un fenómeno celeste. Telescopios, satélites y detectores ultrasensibles les permiten observar objetos invisibles o atrapar partículas esquivas con energías que en ocasiones, es imposible reproducir en la Tierra.

Para confirmar y desarrollar nuestras teorías, necesitamos realizar experimentos centrados en fenómenos poco probables, o en la detección de partículas muy difíciles de observar, como neutrinos. Rayos cósmicos de muy alta energía, cuyo origen es todavía incierto, a partículas exóticas, desde ondas gravitacionales a rayos gamma, todos estos nuevos mensajeros cósmicos son fuentes de información valiosísima clave para entender la naturaleza del mundo que nos rodea. Nos ayudan a entender la estructura del Universo a gran escala, y el funcionamiento de la materia a las más pequeñas escalas. La Física de Astropartículas es la Ciencia de los dos infinitos, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño.

Imagen: «Un agujero negro supermasivo acelerando partículas» de PBS.org

Felicidades, Hubble

Bueno, sé que aún está pendiente el cambio de look (ya está listo, pero faltan los últimos retoques y pruebas) pero Salvador me recriminó el otro día mis largas vacaciones electrónicas y retomo pues mi actividad bloguera para celebrar la mayoría de edad de uno de los mejores inventos del siglo pasado: el Telescopio Espacial Hubble.

Para celebrar este hecho y que el telescopio ya ha dado 100.000 vueltas a la Tierra (ahora mismo 100.021 y subiendo), la NASA ha publicado unas fotografías (entre las que se encuentra la que ilustra el artículo) de una tormenta de creación de estrellas en la nebulosa Tarántula, a unos 170.000 años-luz.

Esperemos que el Hubble siga orbitándonos mucho tiempo y mande más imágenes del Universo tan bonitas e impresionantes como ésta antes de que la NASA decida dejar de repararlo. 🙁

Podéis ver la noticia en la Hubblesite y leer un poco más y en español en El País.

Un abrazo

Fernando