Va a costar unos sesenta millones de euros, pero la isla de El Hierro va a dejar de depender de la energía que le llega de fuera en forma de petróleo. Han pensado que invertir en renovables es una solución perfecta. Y, sobre el papel, la cosa suena muy muy bien.
Se va a construir una central eólico-hidráulica que no sólo generará energía para cubrir las necesidades de la población sino que además tendrá un pequeño excedente para abastecer a una desaladora próxima (una instalación casi indispensable en una isla de las características de El Hierro).

Esto sí es luchar contra las emisiones nocivas y lo demás son cuentos. Además, seguro que la isla agradece no tener niveles peligrosos de óxidos de carbono, azufre o nitrógeno en su atmósfera de Reserva de la Biosfera. Para este caso particular, las energías conocidas como «renovables» sí que son una buenísima opción.
La noticia me la enseñó mi padre, estaba publicada en una revista del BBVA, pero podéis encontrar muchas versiones en internet con tan sólo realizar una búsqueda en Google.