
Cuando estáis preparando una cazuela para hacer los macarrones, ¿cuándo echáis la sal? ¿Antes o después de que el agua hierva? Lo más lógico es hacerlo después, y en Electrones os explicamos por qué.
El agua, como muchos disolventes, experimenta un fenómeno físico conocido como ascenso ebulloscópico cuando tiene sales disueltas. Al formar disoluciones, su temperatura de ebullición aumenta. Por lo tanto, si echamos la sal antes de que hierva tardará más en hacerlo, porque tendrá que alcanzar una temperatura más alta.
Del mismo modo, cuando se forman disoluciones de sales en agua el punto de fusión disminuye (lo que se conoce como descenso crioscópico). Por eso cuando quiere evitarse que se hielen las carreteras se echa sal: para que el agua se vuelva hielo a una temperatura muy inferior. Así, al lanzar el cloruro de sodio (sal común) sobre las placas de hielo conseguiremos que éstas se derritan.

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Fotos: Araceli Paz y Mcallan.