Newton y el falsificador

Tras la lectura de «Radicales libres» empecé «Newton y el falsificador», de Thomas Levenson. El libro trata sobre la desconocida carrera del mejor científico de la Historia como funcionario de la Real Casa de la Moneda británica encargado de rescatar la libra del desastre y de diseñar nuevas monedas más difíciles de falsificar.

En la época de Newton, Inglaterra estaba en crisis. En parte por el gran gasto que suponía estar en guerra con Francia y en parte porque la circulación de monedas falsas y mermadas era exagerada. Hubo un falsificador especialmente hábil, que logró incluso colarse en las instalaciones de la Ceca Real para observar de cerca la fabricación de monedas y mejorar sus trucos a la hora de acuñar las libras falsas. Este tipo era William Chaloner, conocido en Inglaterra por sus estafas y fraudes, pero que realmente empezó su carrera diseñando juguetes sexuales, un descubrimiento reciente en la isla tras la muerte de Cromwell.

El libro narra por un lado la vida de Newton en la Universidad antes de trasladarse a Londres como responsable de la Ceca. Explica por qué estaba cansado de su vida en Cambridge y lo necesario que era para él un cambio de aires. Por otro lado, el libro dedica varios capítulos a explicar los orígenes de Chaloner. Cómo adquiere sus habilidades para fundir metal, cómo se infiltra en la Ceca para observar de cerca la fabricación de libras. Luego, por casualidad, estas dos vidas van a encontrarse y enfrentarse. Y esto es lo que ocupa a las dos últimas partes del libro. La persecución de falsificadores y, en especial, la captura de Chaloner va a ocupar a Newton en los últimos años de su vida. El físico llegará incluso a adentrarse en las tabernas más sucias de Londres para contratar espías y negociar con soplones que le llevaran a recuperar la libra como moneda y la estabilidad económica de un país que iba camino de ser un Imperio que dominaría el mundo hasta el siglo XX.

El libro se puede leer en un par de semanas tranquilamente, incluso en un fin de semana si, como yo, os engancháis a la persecución y no os podéis dormir sin saber el final. Podéis encontrarlo en varias librerías online (Fnac, Iberlibro, Amazon) y por tan sólo 9,49€ podéis descargarlo para vuestro Kindle. En inglés podéis encontrarlo algo más barato: 8.26€ en papel, 7.10€ en edición Kindle.

 

Linfocito T matando a una célula cancerosa

El artículo más visto y más comentado de la historia de este blog es «a la caza de la bacteria«, en el que publicamos un vídeo en el que se ve cómo un leucocito humano persigue durante un rato a una bacteria para acabar fagocitándola.

Por motivos obvios, el vídeo que os presento a continuación no ha podido evitar recordarme a dicho artículo. Lo encontré dando una vuelta por ALT1040 el domingo pasado.

El vídeo lo ha grabado al microscopio la profesora Gillian Griffiths, de la Universidad de Cambridge. En él vemos cómo un linfocito T (un tipo de células del sistema inmune conocidas como células asesinas, porque se dedican a eliminar amenazar para el organismo) se acerca a una célula tumoral (azul). Primero, el linfocito T (verde) la reconoce. Luego, poco a poco la va recubriendo entera. En la parte final del vídeo se usa otro contraste para ver mejor (en amarillo) al linfocito. Se aprecia cómo ha cubierto completamente a la célula tumoral y, poco a poco, la ataca hasta que finalmente acabe con ella.

Para que os hagáis una idea del tamaño real de lo que estáis viendo, las células T tienen sólo 10 micras de largo o, lo que es lo mismo, 10 veces menos que el diámetro de un pelo.

En un artículo próximo os explicaremos con detalle qué son exactamente las células asesinas y cómo trabajan en el organismo para eliminar células enfermas sin dañar las sanas que las rodean.

Os recomiendo además que, si tenéis tiempo, le echéis un ojo a toda la lista de reproducción de «Bajo el microscopio», la serie en la que está incluido este vídeo, que contiene muchos más, a cual más sorprendente.

Fuente: ALT1040
Vídeo en Youtube: Enlace