Hola queridos lectores, ¿qué tal va todo? Aquí estamos una vez más, con una nueva entrada en este excitante blog. En esta ocasión no os hablaremos de una noticia o de un artículo divulgativo, sino que estrenamos una ¿nueva sección? Gracias a Toyota os traemos la primera review tecnológica de los Electrones. Así que sin más, os detallamos lo que asimilamos de la presentación de su Toyota Auris HSD. Esperamos que os guste.
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La idea principal que hay tras los coches híbridos es la búsqueda del coche ecológico definitivo y, por el momento, la solución más factible la encontramos en la combinación de dos motores de diferente naturaleza, uno de combustión (de gasolina o diésel) y otro eléctrico. Algún avispado lector podrá preguntarme, «¿y por qué dos motores deberían ser mejor que uno solo?». Para poder combinar las ventajas de ambos en beneficio propio. Finalmente, y tras esta estratégica e inteligente respuesta, muchos sentirán la quemazón en lo más profundo de su ser: «pero a ver, deja de vendernos la moto, ¿dónde puede encontrarse la mejora de combinar los dos tipos?». En este momento mi madre se sentirá orgullosa de su tierno y rechoncho vástago. La razón a continuación.
El motor eléctrico no produce emisiones de CO2, NO, NOx o hidrocarburos, procedentes de la combustión incompleta de la gasolina o diésel, agentes causantes de no pocos de los problemas medioambientales que sufrimos en la actualidad. Pero nada es perfecto, tienen una autonomía muy limitada y, por el momento, no existe una red de abastecimiento de electricidad para vehículos, o electrolineras, que puedan recargarlos adecuadamente.
En el otro lado de la moneda tenemos los motores de combustión, que generan emisiones contaminantes. Aunque nos pese, nuestra sociedad depende fuertemente de los combustibles fósiles, por lo que, aunque vayamos cambiando nuestras fuentes energéticas, éstos nos van a acompañar todavía un tiempo. En la actualidad, son los motores más eficientes para la propulsión de vehículos, ofreciendo la mayor potencia y empuje.
Juntando todo esto, un motor eléctrico sin emisiones y uno de combustión, que dé empuje y una larga autonomía, tenemos el concepto de los coches híbridos. Con ambos motores se consigue mejorar el rendimiento de la propulsión. Quedaos con esta idea, luego la entenderéis mejor.
Después de que nos presentasen el coche y la política de Toyota respecto de la necesidad de desarrollar vehículos cada vez menos dependientes del petróleo, llegó la prueba del Auris HSD. Lo primero que llama la atención es el cuadro de instrumentos. Además de cuentakilómetros y cuentarrevoluciones, muestra el nivel de carga de la batería y avisa si ésta se está agotando, dando información a tiempo real del esquema de funcionamiento del vehículo en cuanto al uso del motor térmico y del eléctrico. Es decir, con esto podemos saber si, debido al movimiento, el coche está consumiendo energía de alguno de los motores o incluso si estamos recargando la batería.
Otro punto a destacar, debido a que se trata de un coche de cambio automático, es la ausencia de caja de cambios. A la caja de cambios correspondiente le sustituye una palanca de menor tamaño que permite elegir, además de la marcha atrás, de la directa y del punto muerto, un régimen de giro en el que el motor retiene al máximo, y con lo que podremos recargar más rápido las reservas energéticas. La utilidad práctica de esta posición es similar a cuando se reduce de marcha en un vehículo de cambio manual para, por ejemeplo, evitar que el coche «se embale» en pendientes prolongadas o para ir reduciendo la velocidad sin recalentar los frenos.
Debajo de esta palanca se encuentran tres botones que nos ayudarán a elegir el modo de conducción que más deseemos en cada momento:
- EV. 100% eléctrico, con una autonomía de dos kilómetros a una velocidad inferior de 50km/h.
- ECO. Mayor contribución eléctrica. El 80% del recorrido del acelerador equivale al 50% de la potencia del vehículo. Es decir, al limitar la reacción del acelerador conseguimos gastar lo menos posible.
- PWR. Mayor contribución gasolina. Al pisar el pedal al 50% obtenemos el 80% de la potencia, con lo que éste es el más aconsejable para desplazamientos interurbanos.
Ya que estamos describiendo el comportamiento de ambos motores, es interesante saber cúando funcionan y cúando dejan que su compañero haga todo el trabajo. Aquí es donde debéis recordar aquellas sabias palabras mias del comienzo. Es ésta la principal razón de que haya dos motores en vez de uno, la combinación de ambos unida al empleo selectivo de ellos según la necesidad es lo que mejora el rendimiento de la propulsión:
- Arranque. Lo realiza el motor eléctrico. No es una llave, sino un botón el que realiza esta tarea.
- Crucero. Interviene sólo uno de los dos motores. Cual sea de ellos dependerá de la velocidad.
- Aceleración. El aporte principal es del motor térmico y el empuje adicional lo realiza el eléctrico. En los momentos en los que se emplea el motor térmico, y para conseguir la mejor eficiencia, el coche tiende a circular siempre a 2000 RPM.
- Deceleración/frenada. Es en estos momentos cuando se carga la batería.
- Parada. Ambos motores se detienen, parando el consumo de energía.
Y así, gracias a la combinación de los dos motores, el Toyota Auris HSD puede llegar a emitir 89gr de CO2 por cada kilómetro recorrido. Y si esto comparamos con los 100-120gr CO2/km emitidos por los coches de combustión más ecológicos, es algo a tener en cuenta.
Bueno, después de toda la teoría básica del funcionamiento del coche viene lo interesante, cuando lo condujimos por los alrededores de Madrid. Al arrancar el coche y comenzar a conducirlo no se puede dejar de pensar en lo silencioso que es, y esa sensación no te abandona en ningún momento. Es más, tras un rato empleando el motor eléctrico, llegas a la conclusión de que no es solamente silencioso, sino que no vibra en absoluto. Una conducción completamente suave y agradable que te va «obligando» a ir amoldando tu conducción a formas cada vez más tranquilas. Esto es debido a que, al ir viendo en todo momento los displays del consumo de los motores y del nivel de la batería, llegas a planteartelo como una competición o un juego contra ti mismo: «¿seré capaz de disminuir el consumo si pruebo esto?», «voy a intentar conducir con menos frenazos y así recargar más la batería». Es ésta la idea que tenían en Toyota, que el mismo vehículo te incite a reducir el consumo y te lo tomes como un reto, no como una obligación.
Y es que el tema de sonoridad del motor es mucho más importante de lo que se puede pensar en un principio, y va más allá de la calma que puede producir eliminar un ruido de los muchos que hay en la ciudad. Los coches híbridos son tan silenciosos, al circular a bajas velocidades, que incluso ha llegado a haber atropellos de peatones despistados, niños o ancianos que, al no oir el sonido de un motor en las proximidades, cruzan la calle sin prestar demasiada atención. Debido a esto, el gobierno japonés va a obligar a que los coches híbridos emitan algún sonido para que se hagan notar de entre el ruido de la ciudad; es lo que han llamado sonido amable. El objetivo es hacer que el coche, cuando funcione sólo la componente eléctrica, emita ruido para que no pasen tan desapercibidos, pero sin perder el objetivo de la contaminación acústica.
Hasta aquí nuestro reportaje sobre el Toyota Auris HSD. Muchas gracias a Toyota por permitirnos conocer la tecnología híbrida que emplean y por meterse en la difusión amateur via blogs. Y, por supuesto, muchas gracias a todos vosotros por leernos asiduamente.
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Guay el articulo!!!
espero que TOyota os de una beca de colaboracion para currar con ellos en Japon o que os pago bien semejante promocion!
saludos