Parece ser que sí, después de tanto buscar en Marte, teníamos agua aquí cerquita. Un satélite enviado a la Luna con los más modernos espectrofotómetros ha detectado las bandas caracterísiticas del agua y los iones hidroxilo (OH–) en las zonas del infrarrojo y el ultravioleta.
¿Y cómo es que hay agua en semejante desierto? Según explican los investigadores de la NASA, los cráteres de la Luna son puntos fríos en el Sistema Solar y permiten que todas las moléculas que por casualidad pasan por ahí (en la cola de los cometas, en el viento solar…) queden atrapadas, condensen en la superficie del cráter y queden formando hielo y agua líquida. Funciona como los frigoríficos no-frost, pero en grandote.
Si queréis más explicaciones sobre el método de detección y el descubrimiento, podéis leer el artículo original en Science.
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